jardín de girasoles
jardín de girasoles

Pequeña flor, al fin creciste
Te hiciste fuerte y tus raíces en la tierra plantaste,
te volviste grande y, al llegar a lo alto, tu meta cumpliste.
Tus sacrificios valieron la pena porque al final lo lograste.

Pero te noto triste, pequeña flor, ¿te dolió el proceso?
¿O te diste cuenta de que no era lo que querías?
Tu sonrisa se apagó cuando lo que ocupabas era un abrazo o un beso.
Viste el comienzo del final de tus días.

Te empezaste a arrugar y marchitar, advirtiendo que algo malo vendría.
Tus días se empezaron a hacer cortos y el semblante se volvió gris.
El jardín estaba lleno, pero solo yo te acompañé en tu agonía,
anunciando el adiós de una flor que en silencio se deja ir.